Tuina
deriva de las palabras chinas tui –empujar– y na –agarrar–, que son dos de las 80 técnicas utilizadas en este masaje terapéutico ancestral que actúa sobre los meridianos y puntos energéticos.
Con más de dos mil años de antigüedad, es anterior a la acupuntura y es la base de casi todos los masajes, incluido el shiatsu.
El masaje tuina es, a la vez, relajante y estimulante. No tiene ninguna contraindicación y aporta equilibrio físico, mental y emocional. Promueve la relajación total y al mismo tiempo resulta muy estimulante.
Esta terapia es como un 'reset' o reinicio para el cuerpo. Los días posteriores al masaje no es extraño sentirse "como nuevo".
Hace que fluya el chi. El masaje tuina, como terapia de la MTC, se basa en la teoría fundamental de la energía primordial o chi. El chi fluye en el cuerpo a través de catorce canales, llamados meridianos. Si el chi fluye en armonía, sentimos vitalidad y bienestar, pero si surge el más mínimo atasco o sobresalto en la corriente, aparecen los dolores y la enfermedad. La corriente armoniosa del chi puede obstaculizarse por causas externas o internas. La dieta incorrecta, estrés, falta de sueño y de ejercicio, o la tensión física debida a las malas posturas delante del ordenador, de pie o conduciendo son algunas causas externas. Entre las internas podemos mencionar los factores ambientales como el aire, la humedad, el frío o el calor excesivos.
El aspecto emocional es igual de importante, porque el desequilibrio en un área afecta a las demás: la convivencia diaria con la familia o los compañeros de trabajo puede ser frustrante y hacer que afloren emociones como miedo, ira o preocupación.
Siguiendo la ruta de los meridianos, el tuina busca restablecer la buena circulación del chi con movimientos enérgicos, flexibles, constantes y penetrantes, y con presiones tonificantes y dispersoras.
El tuina restablece el equilibrio con movimientos enérgico, flexibles, constantes y penetrantes
Vigoroso e intenso. Este sofisticado sistema de masaje cuenta con técnicas de manipulación precisas como frotar, alisar, restregar, amasar, friccionar, estirar, rodar con el puño, palmotear o golpetear, rozar, hacer vibrar…
El trabajo se hace con los dedos, las muñecas, los antebrazos y los codos. Es, sin duda, un masaje enérgico y su técnica puede sorprender de entrada, porque es vigoroso y se trabaja en profundidad, especialmente en las áreas tensas del cuerpo.
Sin embargo, la mayoría de la gente suele acostumbrarse pronto a este tipo de manipulación, que muchos encuentran incluso adictiva.
Los puntos que duelen al ser presionados indican que existe algún bloqueo profundo. En estos puntos la penetración debe ser progresiva y se necesitan varias sesiones para acceder a la raíz del problema. Pero el secreto del éxito no depende solo de la presión en sí, sino de la combinación de puntos en los que se actúe.
Está contraindicado en algunas situaciones como fracturas, una infección o heridas abiertas. Es un masaje holístico y puede combinarse con otras terapias.