La implantación y fijación del pigmento en la piel se produce en etapas o fases que duran aproximadamente 30 días en función del tipo de piel, edad y traumatización en la zona afectada del cliente.
En la primera etapa se introduce el pigmento hasta la capa basal de la epidermis con una aguja fina. Esto provoca una inflamación en los tejidos como respuesta a las heridas provocadas por la penetración de las agujas y la saturación del pigmento.
Se produce una vasodilatación y un traumatización, lo que provoca una respuesta inmunitaria del organismo. Esto hace que hacia la mitad del tratamiento el organismo haya reaccionado intentando expulsar el pigmento que se quiere introducir, ya que lo considera un elemento extraño para el organismo. Actualmente con los modernos sistemas de trabajo, el tiempo de tratamiento se reduce considerablemente haciendo que este efecto de disminuya.
Finalmente, las partículas del pigmento quedan distribuidas por la epidermis, produciéndose una superposición de capas y una saturación del pigmento.
En las horas posteriores a la micropigmentación comienza el proceso de cicatrización. Se crea una microcostra que dura alrededor de 4 a 7 días, dependiendo del poder de regeneración del individuo. Esto hace que la apariencia del color sea mucho más obscura, que el color real aplicado, además la zona tratada se nota ligeramente endurecida.
Durante los 8 a 10 días siguientes al tratamiento, si se han seguido adecuadamente los cuidados recomendados por el técnico esteticista, la microcostra habrá desaparecido. Las partículas de pigmentos de las capas superiores habrán sido expulsadas por la cicatrización y la renovación celular, a consecuencia de esto se produce una disminución de color. A los 5 o 6 días de esto, la renovación celular hace posible ver una nueva capa de células pigmentadas.
Los macrófagos arrastran las partículas de pigmento desde la capa basal a la dermis para intentar eliminarlas a través de los capilares sanguíneos y linfáticos.
Por la composición del pigmento y el tamaño de las moléculas esto no es posible, así que estas partículas quedan enquistadas acumulándose alrededor de los capilares.
Las partículas de mayor tamaño quedarán mucho tiempo estables, pero con el paso del tiempo el organismo consigue eliminarlas, las partículas de menor tamaño serán expulsadas más rápidamente, por esto la micropigmentación no es permanente, porque al final con el tiempo las partículas son expulsadas del organismo por diversos canales, observándolo a simple vista con la lenta decoloración del trabajo de 2 a 3 años dependiendo del tipo de piel y del pigmento.